Al Descubrimiento de la Historia de la Compañía de María
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Noviciado Casa Natal en Montfort-sur-Meu
MONTFORT-SUR-MEU, Francia - Memento congregationis tuae: Dios omnipotente, acuérdate de esta Compañía. Pon en juego la omnipotencia de tu brazo ‑no menguado‑ para sacarla a la luz y llevarla a su perfección (SMM 3): Un pobre grita, el Señor lo escucha. El Señor se ha dignado responder a su siervo y aquí, desde más de trescientos años, esta pobre y pequeña compañía querida por el padre de Montfort obra en la Iglesia y en el mundo.
En efecto, en 1705 con la vocación del hermano Mathurin Rangeard, el sueño del padre de Montfort ver nacer esta pequeña compañía (bajo el estandarte de la Virgen María), conoce su desarrollo. Hasta hoy, unos hombres de toda raza, edad, adultos y jóvenes, fascinados por su espiritualidad se comprometen continuamente a seguir a Cristo tras las huellas de los pobres apóstoles, con el estilo de vida montfortiana. La historia continua abriéndose camino. En cuanto a los que se preparan a la vida religiosa montfortiana, la necesidad de una vista panorámica de esta historia se revela necesaria. Eso, para permitirles, no solo, tomar consciencia de la importancia de esta heredad espiritual sino también situarse mejor en el presente e investirse o comprometerse para el futuro.
En esta óptica, la semana pasada, el Reverendo padre Efrem ASSOLARI, daba a los novicios montfortianos una excelente sesión sobre la historia diacrónica de los misioneros montfortianos en el mundo. Con esta sesión, los novicios han llegado a tomar consciencia que la compañía no ha caído del cielo, eso no ha sido siempre fácil. La historia de la congregación está muchas veces marcada por unos momentos de grandes dificultades: la guerra, la revolución, etc… Tenemos que decir que la congregación fue atravesada por numerosas peripecias. Lejos de debilitarla, estas últimas han favorecido su evolución y su expansión a través de los cinco continentes. En otros términos, la historia de los misioneros montfortianos está estrictamente unida a la de Francia por la trama de las diferentes revoluciones que ha causada muchos trastornos y tormentos en la Iglesia.
Durante la tormenta revolucionaria, la compañía de María ha perdido la mitad de sus miembros, no se ha renovado durante este período porque en este contexto, no era posible a los misioneros de la Compañía volver al apostolado de las misiones. En resumen, en los años 1815-1816 bajo el generalato del Reverendísimo padre Duchesne, la congregación fue curada de los daños causados por la tormenta revolucionaria, así, se volvió tímidamente a dar las misiones parroquiales. Y hasta ese momento, la Compañía no volvía mucho por el camino de la renovación. En efecto, después de la muerte del padre Duchesne, llegó a la cabeza de la congregación el padre Gabriel Deshayes, apodado “el hombre providencial”. Podemos decir que la historia de la compañía de María en el siglo XIX está dominada por la figura emblemática de este gran hombre, gracias a quien, la Compañía no tardaba en dar unas señales de una reactivación floreciente.
Además, con el concilio Vaticano I, una nueva página se ha abierto en la historia de la Compañía marcada con su primera misión “ad gentes”. A petición de Mons. Guilloux, los primeros misioneros montfortianos llegaron à Haití. Al año siguiente, el seminario de Haití abrió sus puertas en el Calvario de Pontchâteau bajo la dirección de los Montfortianos. Por esto, la actividad misionera de los Montfortianos tendía a amplificarse, con las nuevas orientaciones duraderas. Durante el mandato del padre Denis, la Compañía había vivido una página importante de su historia.
Y desde el padre René Mulot hasta el padre Luiz Augusto STEFANI, la Compañía cuenta con 21 superiores generales y 35 obispos al servicio de la Iglesia de los cuales 26 han fallecido y 9 viven, entre los cuales 3 eméritos y 6 en activo. La presente Compañía se ha repartido en 32 países de todos los continentes para la propagación del Evangelio. De verdad, tras las huellas del fundador, mucha gente se ha sacrificado para la Buena nueva y la emancipación de esta pobre Compañía. Hoy aunque el contexto histórico es diferente, los montfortianos tienen como misión establecer en el mundo el Reino de Jesús por María a tiempo y contratiempo de manera que a través de las obras del apostolado misionero, porque la misión es siempre la misma.
“…Dichosos una y mil veces los sacerdotes, los hombres que de manera especial has escogido y predestinado para morar contigo en este monte abundante y divino a fin de que se conviertan en reyes de la eternidad…” (SMM 25).
“…Que el Señor se sirva de los misioneros montfortianos para formar una Compañía de guarda-espaldas, para que todos le rindan gloria en su templo. (cf. SMM 30)
Wildy Derval
Novice Montfortain
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