Montfort_EurHope20: Testimonios de esperanza

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Montfort_EurHope20: Testimonios de esperanza

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Publicado de SMM Communications en Países Bajos · 14 Mayo 2020
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La Esperanza es como una fisura
Por el P. Peter DENNEMAN, SMM (Provincial de los Países Bajos)

“La Esperanza es como una fisura por la cual un rayo de luz del futuro cae en el presente.” He sacado esta frase del libro “Pas sans espérance” (No sin esperanza) del sacerdote y teólogo checo Tomáš Halík. En este libro, describe diferentes formas de esperanza humana y muestra lo que puede ofrecer, es decir cuando encontramos unas preguntas existenciales o unas experiencias profundas de la vida. El Corona virus hace eso en muchos de nosotros. Eso resalta claramente de lo que nuestros cohermanos han compartido conmigo.
 
En y alrededor del apartamento donde vivo, es tranquilo como si fuera domingo por la mañana. Prácticamente ningún tráfico en la carretera frecuentada de otra manera y ningún helicóptero de la base aérea de Gilze-Rijen en el cielo. Es extraño no encontrar a los cohermanos de Vroenhof et Schimmert desde hace unas semanas. Un café con Wiel o Simón, nada más. Fuera de eso, en casa con un paseíto en bici por la tarde y un paseíto por la noche. Comunicaciones diarias con las secretarias Marian y Servé por teléfono y por correo para las cosas provinciales. Todo el tiempo que tengo es para leer un libro que había empezado a leer.
 
Esta vez, no tengo que preparar la liturgia de la Semana Santa y Pascua. Los trapenses, donde presidía se ocupan ellos mismos de las celebraciones… que esto siga adelante… ¿Podemos ver eso como “un rayo de luz del futuro en el presente?
 
Los rayos de luz del futuro que caen en este período de “cierre inteligente” son numerosos. Podemos ver el compromiso sin límite de los empleados en los hospitales y los hogares de ancianos así como en nuestras dos comunidades. Se defienden y ofrecen unos servicios gratuitamente. Cada día, leemos en el periódico que “cada uno en su casa y Dios en la de todos” ya no caracteriza a nuestra sociedad. ¿Signo de Esperanza? ¿Me gustaría o es demasiado bonito para creerlo?
 
En una semana, celebramos Pascua. La manera de celebrarla será muy distinta de lo previsto para mucha gente, por lo menos para mí. Eso no afecta lo que la Pascua es. Sinceramente, espero que para vosotros y para mí conseguiremos creer en la Resurrección, en el poder vivificante de Jesús, incluso si a veces puede ser una lucha difícil. Jesús el Vivo. Está Él para vosotros y para mí cuando surge en nosotros el valor para actuar como Él y cuando la voluntad de seguirle surge. La fe que la muerte no tendrá la última palabra. La confianza que el miedo no es determinante. Es solo entonces que está vivo para nosotros. El Señor resucitado. El corazón de nuestras vidas. La luz del futuro en nuestra época. Felices Pascuas.
 
 
Estamos seguros con nuestro Dios eterno
Por el p. Richard SCHREURS, SMM
 
Mi camino es tranquilo. Terriblemente silencioso donde los niños de los vecinos practican la bici. Mi cabeza est también apaciguada. Las medidas restrictivas son claras, es inútil buscar la buena dirección, porque no sabemos lo que nos ocurre y donde vamos. ¿En qué período podemos pensar? ¡No lejos de aquí, esta tarde un hombre ha sido recogido por dos enfermeras en una ambulancia vestido de un traje para alunizar en la luna!
 
Sea lo que sea, siento todo eso muy cerca. Mi edad vulnerable y mi cáncer de ganglios linfáticos me obligan a reflexionar, estoy apoyado por todo el mundo. Pienso atribuir definitivamente mi lugar en la UCI o mi ventilador a una persona que tenga un cónyuge, a un niño o a alguien que tiene aun una tarea que cumplir.
 
Poco importa si, en el presente o en el futuro, la Iglesia no puede hacer mucho para mí, lo que cuenta, es que me siento en seguridad con el Dios eterno que me da la mano y que nunca me dejará, como me lo ha hecho conocer por Jesucristo y mis padres.
 
Claro, tengo mucho apoyo y amistad con los correos y las llamadas telefónicas. Estoy muy agradecido de la ayuda de mis vecinos, de mi familia y de otras personas. Las previsiones, bueno: Él tiene el mundo entero en sus manos.
 
 
Entrar en si mismo
Por el p. Stefan MUSANAI, SMM
 
Estamos en una crisis pandémica y no sabemos cómo vamos a salir de ella. Tenemos numerosas incertidumbres. Mientras que decenas, incluso centenares de personas mueren, unas miles están infectadas. El número aumenta cada día, no proporcionalmente al número de personas que se curan. Las redes sociales me empujan a la tristeza y al miedo. ¿Cuándo eso terminará?
 
Imaginad perder “vuestro trabajo”. El programa de la parroquia y de la congregación, así cómo mis planes personales, han sido anulados. Como sacerdote que iba a presidir la misa comunitaria, esta situación me parece extraña. La iglesia ha sido abandonada y la gente no se puede reúne.
 
El mantenimiento de la distancia física es una necesidad, pero el contacto social no debe ignorarse. Ni siquiera en la comunidad, incluso si vivimos en una casa y no visitamos a nuestra familia y a los que conocemos, quedamos siempre en contacto, incluso si estamos lejos, seguimos hablando como de costumbre, tomando un café por la mañana, comiendo y participando a la “celebración eucarística en línea” el domingo.
 
Estoy muy contento porque el Wifi funciona bien. Puedo comunicar siempre con los parroquianos, los cohermanos y los miembros de mi familia en Indonesia. El corona virus no afecta mi relación social. Para reducir el aburrimiento en casa, a veces practico la bici y doy una vuelta por Schimmert. Es importante para la salud.
 
Pensar en todas estas cosas raras durante la Cuaresma es extraordinario. Tengo mucho tiempo para estar solo. ¿Eso quiere decir que soy egoísta? No. El obispo de nuestra diócesis de Toermond Harrie SMEETS, llama este período: la cuarentena mental. También ha declarado que este virus nos da la ocasión de volver, cada uno de nosotros a la soledad y a la sencillez, como antes. Tenemos más tiempo para nosotros mismos para mirar nuestra vida, para orar por las personas fallecidas o por las que sufren.
 
A pesar de las numerosas que sufren y de los moribundos, sigo creyendo que Nuestro Señor es un Dios misericordioso. Este contagio no debilitará mi creencia y mi deseo de un futuro mejor. Por eso oro para que el mundo se cure y para que se fortalezca el corazón de las familias de los que han muerto, por toda la humanidad que tiene miedo, por mi familia y mis cohermanos.
 
 
SMM Communications










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