XVI Jornada de Espiritualidad Mariana Montfortiana- Loreto, 13-15 de septiembre de 2019
LORETO, Italia – “O María, consígueme la verdadera Sabiduría”. ¡Es la invocación sincera, y al mismo tiempo tierna, que san Luis María de Montfort ha querido dirigir a la Virgen María, sede de la Sabiduría! ¡Lleva en él todo su deseo, aquel que lo animaba, ha sido apasionado toda su vida, por la cual ha sido un mendigo para la oración! Este deseo que lo ha hecho suspirar noche y día: “¿Cuándo lograré poseer esta amable y desconocida Sabiduría? ¿Cuándo vendrá a morar en mí? ¿Cuándo estaré tan engalanado que pueda servirle de refugio en un lugar donde se halla sin techo y despreciada? (Carta 16)
La edición 2019 de las jornadas de la espiritualidad mariana montfortiana ha elegido profundizar la dimensión sapiencial del mensaje espiritual de san Luis de Montfort.
Todo ha comenzado con una pregunta: “¿Qué sabiduría? ¿Qué camino tomar en la vida? Es la provocación de san Luis de Montfort: “¿De qué sirve al arquero saber tirar flechas a los lados del blanco si no sabe tirarlas al propio centro? (ASE 12) Si, ¿por qué necesitáis de toda vuestra ciencia si no podéis alcanzar la meta?
La respuesta ha tomado los rasgos del rostro de Jesucristo, la salvación que viene a nosotros, saliendo siempre el primero a la búsqueda del hombre, que tiende la mano y toma la nuestra. Desear, buscar, encontrar, conocer y amar a Jesucristo, Sabiduría eterna y encarnada, es concentrarse sobre la vida.
¿Dónde buscar, dónde amar a la Sabiduría? El Superior General, en su mensaje a los participantes, ha declarado: “La sabiduría del mundo, representada por numerosos científicos, hombres políticos, médicos, administradores, incluso algunos sacerdotes y obispos, no puede encontrar a Jesucristo en la fe, incluso entre las personas que sufren: entre la personas mayores, los enfermos, los prisioneros, los emigrantes, los refugiados; hacen su vida difícil y amarga. Cierran sus puertas y no oyen la voz de su grito. Nuestra oración sincera que pide la Sabiduría eterna, Jesucristo, debería ser acompañada de gestos a favor de los más pequeños y los humillados. Es exactamente lo que Jesucristo y la humanidad esperan de los montfortianos”.
¡Está bien descubrir la presencia de María en este dinamismo! Mirar hacia la que ha hecho el centro de la vida, dejando la sabiduría guiar la flecha de su existencia directamente en el blanco. ¡Reconozcan que María, en primer lugar, nos procura la única cosa necesaria, a saber el don de la verdadera Sabiduría, Jesús! ¡María con su acción materna, conserva en nosotros a Jesús, la verdadera Sabiduría, y nos hace vivir en la relación con él!
Como siempre, los testimonios y los relatos de vida han dado cuerpo a las palabras entendidas en la catequesis. Los momentos de oración eran el punto de salida natural del deseo de celebrar juntos el amor de Jesús, la Sabiduría eterna y encarnada. A María, que consigue y conserva la verdadera Sabiduría de Dios, los participantes a las jornadas se han enteramente confiado para pertenecer a Jesús y ser conquistado por él.
Consacratimonfortani
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