Comité ‘Pan de la esperanza’
MONTRÉAL, Canadá - El buen Papa Francisco decretó una Jornada Mundial de los Pobres hace seis años. A raíz de esta petición, siguiendo el ejemplo del padre de Montfort y del testamento de la beata María Luisa Trichet que nos decía que cuidáramos bien de los pobres, el Santuario María de los Corazones de Montreal creó el comité Pan de esperanza que está animado por esta Palabra del Evangelio: No amemos solo con palabras, sino con obras (Jn 3,18).
Atender a los necesitados es parte integrante de la misión montfortiana. Buscamos formas sencillas y concretas de relacionarnos con estas personas solas, debilitadas, enfermas o ancianas. Más allá de una ayuda puntual, nuestro deseo es ir hacia estas personas, romper su aislamiento, darles confianza y hacerles vivir momentos agradables.
La constatación es sorprendente, nos damos cuenta de que existe una brecha entre estas personas y nosotros, que su realidad es muy diferente de la nuestra. Esto es desestabilizador y, al mismo tiempo, nos permite comprender mejor algunas de sus reacciones. De hecho, nos evangelizamos a su contacto.
He aquí un resumen de los eventos que se han organizado hasta ahora, con y para estas personas: día en la cabaña de azúcar - recolección de manzanas - fiesta campestre - picnic - cena de Navidad.
También, en relación con los organismos diocesanos, participamos:
a la celebración anual presidida por el abad Claude Paradis, párroco de Notre-Dame de la rue, para los sin techo fallecidos cuyos cuerpos no han sido reclamados; Comida para los pobres organizada en el Chic Resto Pop; Día Mundial de los Pobres; Distribución de alimentos para los sin hogar refugios de Montreal, cada jueves por la noche en el metro Place d'Armes; Noche de los sin techo de Montreal.
Además, con la aprobación de los miembros del Comité Ejecutivo del Santuario ‘Marie-Reine-des-Cœurs’, nos asociamos y participamos con el Chic Resto Pop para la preparación mensual de las cestas de comida, la compra de cupones de comida, la integración de algunas personas para la formación ya sea para convertirse en ayudante de cocina, asistente de servicio al cliente en la cafetería, empleado en la recepción, etc.
En conclusión: Tender la mano a los necesitados testimonia la confianza en la Providencia en el camino que calienta los corazones.
Jacqueline DESCHÊNES
Associada Montfortiana
Responsable
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